dissabte, 14 de maig del 2011

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ- Marina

Para que yo me llame Ángel González,
Para que mi ser pese sobre el suelo,
Fue necesario un ancho espacio
Y un largo tiempo:
Hombres de todo el mar y toda tierra,
Fértiles vientres de mujer, y cuerpos
Y más cuerpos, fundiéndose incesantes
En otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
Con su cambiante luz, su vario cielo,
El viaje milenario de mi carne
Trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
De su huida hasta el fin, sobreviviendo
Naufragios, aferrándose
Al último suspiro de los muertos,
Yo no soy más que el resultado, el fruto,
Lo que queda, podrido, entre los restos;
Esto que veis aquí,
Tan sólo esto:
Un escombro tenaz, que se resiste
A su ruina, que lucha contra el viento,
Que avanza por caminos que no llevan
A ningún sitio. El éxito
De todos los fracasos. La enloquecida
Fuerza del desaliento...

Este poema perteneciente al grupo de poemas pertenece “Áspero Mundo” del poeta Ángel González.  Es un poema que pertenece el género lírico. Forma parte de la primera etapa del autor.

Hace una crítica pesimista sobre la vida, un tema muy valorado en toda su poesía. El autor también hace mención en este poema de que es el fruto de una unión enloquecida de amor entre dos personas, pero que su vida no es nada más que esa unión ya que el llego a este mundo de modo sin ninguna motivación, sobreviviendo al paso el tiempo como puede hasta que llegue su hora de marcharse.

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