diumenge, 15 de maig del 2011

José Ángel Valente; Esme

José Ángel Valente


Si no creamos un objeto metálico
de dura luz,
de púas aceradas,
de crueles aristas,
donde el que va a vendernos, a entregarnos, de pronto
reconozca o presencie metódica su muerte,
cuándo podremos poseer la tierra.
Si no depositamos a mitad del vacío
un objeto incruento
capaz de percutir en la noche terrible
como un pecho sin término,
si en el centro no está invulnerable el odio,
tentacular, enorme, no visible,
cuándo podremos poseer la tierra.
Y si no está el amor petrificado
y el residuo del fuego no pudiera
hacerlo arder, correr desde sí mismo, como semen o lava,
para arrasar el mundo, para entra como un río
de vengativa luz por las puertas vedadas,
cuándo podremos poseer la tierra.
Si no creamos un objeto duro,
resistente a la vista, odioso al tacto,
incómodo al oficio del injusto,
interpuesto entre el llanto y la palabra,
entre el brazo del ángel y el cuerpo de la víctima,
entre el hombre y su rostro,
entre el nombre del dios y su vacío,
entre el filo y su espada,
entre la muerte y su naciente sombra,
cuándo podremos poseer la tierra.
cuándo podremos poseer la tierra.
cuándo podremos poseer la tierra.


La estructura de este poema está compuesto por cuatro estrofas y 32 versos libres, y son de arte mayor.
El autor en este poema nos transmite como fue su infancia en la guerra, nos dice que para él fue una infancia dura a causa de las circunstancias de vivir durante una guerra y también nos da su propia visión de la posguerra según lo que el recuerda. José Ángel Valente durante el poema dice que si las armas no existieran y la gente no ganara dinero con la muerte el país no estaría en guerra y se viviría plenamente en paz. También en el poema se plantea la opción de cuándo podremos ser libres y no estar atados a algo y también nos dice que cuando una persona tiene la necesidad de matar a otro ser humano es porque no tiene ningún tipo de sentimiento y sobretodo en la última estrofa es donde nos plantea la idea de esta libertad y de la elección entre vida y muerte cuando alguien posee una arma en sus manos.
En el poema encontramos recursos literarios como metáforas en los versos 2, 3, 4 y 19, comparaciones en los versos 10, 17 y 18, y una repetición en los versos 30 a 32.

dissabte, 14 de maig del 2011

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ- Marina

Para que yo me llame Ángel González,
Para que mi ser pese sobre el suelo,
Fue necesario un ancho espacio
Y un largo tiempo:
Hombres de todo el mar y toda tierra,
Fértiles vientres de mujer, y cuerpos
Y más cuerpos, fundiéndose incesantes
En otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
Con su cambiante luz, su vario cielo,
El viaje milenario de mi carne
Trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
De su huida hasta el fin, sobreviviendo
Naufragios, aferrándose
Al último suspiro de los muertos,
Yo no soy más que el resultado, el fruto,
Lo que queda, podrido, entre los restos;
Esto que veis aquí,
Tan sólo esto:
Un escombro tenaz, que se resiste
A su ruina, que lucha contra el viento,
Que avanza por caminos que no llevan
A ningún sitio. El éxito
De todos los fracasos. La enloquecida
Fuerza del desaliento...

Este poema perteneciente al grupo de poemas pertenece “Áspero Mundo” del poeta Ángel González.  Es un poema que pertenece el género lírico. Forma parte de la primera etapa del autor.

Hace una crítica pesimista sobre la vida, un tema muy valorado en toda su poesía. El autor también hace mención en este poema de que es el fruto de una unión enloquecida de amor entre dos personas, pero que su vida no es nada más que esa unión ya que el llego a este mundo de modo sin ninguna motivación, sobreviviendo al paso el tiempo como puede hasta que llegue su hora de marcharse.